Jesús nos enseña de nuevo un gesto de humanidad

La guerra en Siria ha sido terrible.  Aparte de las atrocidades propias de éstos eventos, ésta es una guerra civil, donde hermanos de una misma nación intentan aniquilarse, y el sabido uso de armas químicas es un indicio del nivel de odio e inconsciencia que imperan en ese país en estos momentos.

Dentro del contexto de esta guerra, me llamó la atención una nota tímida en un periódico local hace unos días:  Instalan estatua enorme de Jesús en montaña siria.

Inmediatamente recordé la tregua de Navidad de 1914, en la que las tropas estacionadas en las trincheras de los frentes alemanes, ingleses y franceses decidieron darse una tregua y celebraron juntos la navidad, en plena Guerra Mundial.  Festejaron el natalicio de Jesús unos cien mil soldados y compartieron alimentos, intercambiaron regalos, cantaron villancicos, regalaban souvenirs y hacían trueques para obtener cigarros.

El solo hecho de la tregua es inverosímil, también lo es la historia de este proyecto.  Iniciado por los rusos y concluido por los ingleses, hubo muchos motivos para no terminar la obra:  repentinas muertes de líderes del proyecto, financiamiento anónimo y una guerra civil.  Aún así, después de 8 años, finalmente concluye la obra en medio de una guerra en la que hoy todavía se destruyen iglesias y secuestran sacerdotes.

Si ahora no se festeja una fecha memorable, el hecho de que tres facciones diferentes en guerra, en una zona donde solamente el 10% de la población es Cristiana, hayan permitido una tregua para levantar una estatua de Jesús, me provoca un sentimiento de esperanza para nuestros hermanos Sirios.  Veo en estos soldados Sirios una luz de humanidad, tan necesaria en estos momentos ahi.

César Gámez
Noviembre 06 2013

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