Patricia
Hace casi un año dejó de soplar el viento del este y poco a poco regresan las aguas cálidas a las costas Mexicanas. Los científicos y meteorólogos, con sus instrumentos en el agua, el aire y el espacio contemplaron el nacimiento del Niño, que próximamente tendrá su máximo en invierno 2015-2016.
Este niño nos dio una sorpresa la semana pasada. Este fin de semana vimos un fenómeno que solamente "veremos" una vez en la vida. Una tormenta tropical que en unas cuantas horas pasó de temporal a un demonio con ráfagas de 400 km/h. Sus corrientes de aire ascendente, alimentados del calor que emana del océano, llegaron al límite de la tropósfera, en donde se enfriaba a -90ºC y bajaba para continuar un ciclo de intercambio térmico, buscando un equilibrio que nunca llega. La rotación de la Tierra provoca el efecto coriolis, que su efecto es el de torcer esa corriente en 90º, provocando los violentos vientos que giran en contra de las manecillas del reloj.
Un avión de reconocimiento, en misión de desplegar sondas de instrumentación, atravesó el muro del ojo, el mas peligroso, para poder medir la magnitud de la presión atmosférica en el centro del torbellino. No fué sorpresa que la medición arrojara 880 milibares, el equivalente a estar parado a unos 2000 msnm., lo sorprendente es que el huracán seguía intensificándose, ayudado por esa retroalimentación positiva de la evaporación a baja presión. Seguimos en pañales para las cuestiones complejas y caóticas como lo es la ciencia de la atmósfera.
Se acerca la hora en la que debemos ver al mundo como es y no como quisiéramos que fuera. Si decidimos mantenernos al margen del conocimiento, no debemos relajarnos irresponsablemente en la Fé ni pensar que tuvimos suerte o protección divina y por eso no nos tocó y no nos sucedió nada. No se debe negar algo que evidentemente existe y luego pensar y actuar como si no existiera.
Se le atribuye a Einstein la frase: "Dios no juega a los dados". Aunque en distinto contexto, me atrevo a reciclar su frase que en este caso me parece mas que acertada.
César Gámez
Octubre 26, 2015
Este niño nos dio una sorpresa la semana pasada. Este fin de semana vimos un fenómeno que solamente "veremos" una vez en la vida. Una tormenta tropical que en unas cuantas horas pasó de temporal a un demonio con ráfagas de 400 km/h. Sus corrientes de aire ascendente, alimentados del calor que emana del océano, llegaron al límite de la tropósfera, en donde se enfriaba a -90ºC y bajaba para continuar un ciclo de intercambio térmico, buscando un equilibrio que nunca llega. La rotación de la Tierra provoca el efecto coriolis, que su efecto es el de torcer esa corriente en 90º, provocando los violentos vientos que giran en contra de las manecillas del reloj.
Un avión de reconocimiento, en misión de desplegar sondas de instrumentación, atravesó el muro del ojo, el mas peligroso, para poder medir la magnitud de la presión atmosférica en el centro del torbellino. No fué sorpresa que la medición arrojara 880 milibares, el equivalente a estar parado a unos 2000 msnm., lo sorprendente es que el huracán seguía intensificándose, ayudado por esa retroalimentación positiva de la evaporación a baja presión. Seguimos en pañales para las cuestiones complejas y caóticas como lo es la ciencia de la atmósfera.
Se acerca la hora en la que debemos ver al mundo como es y no como quisiéramos que fuera. Si decidimos mantenernos al margen del conocimiento, no debemos relajarnos irresponsablemente en la Fé ni pensar que tuvimos suerte o protección divina y por eso no nos tocó y no nos sucedió nada. No se debe negar algo que evidentemente existe y luego pensar y actuar como si no existiera.
Se le atribuye a Einstein la frase: "Dios no juega a los dados". Aunque en distinto contexto, me atrevo a reciclar su frase que en este caso me parece mas que acertada.
César Gámez
Octubre 26, 2015
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