Vliegveld

Después de un largo día de trabajo, era costumbre ir a cenar en grupo a algún lugar.  En esa ocasión fuimos al aeródromo de Germiston, donde sirven exóticos platillos en avión o disfrutas de una excelente pizza o bistec, acompañada de una helada lager Castle, sentados en la terraza al aire libre mientras veíamos como despegaban y aterrizaban todo tipo de aviones pequeños y algunos acrobáticos, justo al lado de la pista.

En mi mesa, mis compañeros de viaje, unos once Teutones, empezaron a apostar a ver quién se subía al paseo en el acrobático/entrenador Tiger Moth, un biplano de los 30's, tan viejo, como el propio aeropuerto (en aquel año ya quedaban menos de cinco en el mundo que aún operaban regularmente).  Dejando de lado las acrobacias, el simple hecho de ver que para arrancarlo requería de un valiente para girar la hélice, invariablemente todos declinamos.  Me quedé mentalmente atrapado entre subirme o no, ya que tengo una pasión por volar y pilotear aviones.

Después de la cena y unas cuantas cervezas, avisé que iba a ver si todavía podía subirme a lo que mis compañeros no me tomaron en serio y brindaron con carcajadas por mi supuesta "audacia".  La mesera me indicó que ya era tarde, pero que podía averiguar en la oficina si todavía podía volar.  En la oficina un piloto me atendió, muy serio, ya no era hora de volar, el avión ya estaba haciendo su último paseo del día.

En fin, algo desilusionado, pero aliviado, regresé a la mesa y claro que todos creyeron que era cuento y pues me pasaron una cerveza y brindaron por mi "valentía".

Vimos pasar el acrobático y ya no le puse mas atención al tema.  Unos minutos después llega la mesera y me pide que pase de nuevo a la oficina.  Todos en la mesa se quedaron atónitos.  Por lo visto no habían tomado en serio mi intención de volar.  Les dije que si me esperaban porque ya habían pedido la cuenta y eran mi raid al hotel (viajábamos todos en una mega-van) y al unísono: "Was?... Ja, Ja!".

Ni tiempo de intercambiar palabra con el piloto, se me acerca y me saluda efusivamente y con su hablar y paso rápido y nervioso me guía hacia la pista deprisa, llegamos al avión y me entregan una gorra de aviador y goggles.  El biplano es de dos plazas y me cede el lugar de enfrente.  Tenemos comunicación via audífonos (GAD) y me pregunta si ya había volado alguno(¿?).  Le dije que no y solo me dijo, bueno éste está fácil, solo mueves la palanca para giros, los pedales para la cola y a tu izquierda está el acelerador, podía yo ver cada control que se movía mientras me explicaba (están conectados).  Yo seguía en un estado de "trance" y le seguía la corriente al hombre, puesto que le entendía la mitad entre el ruido, la pobre comunicación y su rápido hablar con acento europeo, semi-británico.


Afortunadamente no esperaba que yo despegara.  Aunque antiguo, el avión estaba lleno de agujas e indicadores análogos que ignoré por completo.  Mi atención estaba en sujetarme bien al avión, puesto que las acrobacias ya las había visto desde tierra y no pensaba salir de esa cabina mientras estuviera arriba.

Finalmente le dan vuelo a la hélice y después de un tiempo, que debe de ser un breve checklist, me dice algo ininteligible entre el ruido, y rápidamente despegamos.

Primero volamos hacia la puesta de sol.  Era un día con excelente visibilidad.  Ya el cielo estaba volviéndose rojo y había tormentas aisladas por todos lados.  El aire seco y fresco, semi desértico, hacían de ésta experiencia como salida de un sueño.  Un atardecer único sobre la altiplanicie Sudafricana.

De repente, nos adentramos a una nube y estaba lloviendo con rayos por todos lados.  Ahora estaba mojándome y el aire estaba helado.  Podía ver como los rayos terminaban en la tierra en forma bolas de fuego azul, nunca había visto algo así.  Me emocioné tanto que cuando salimos de la tormenta, quería regresar a la nube.

Nos dirigimos a un campo de golf y ahi me dijo: "ahora vuela tú".  Ok... ¿qué hago?.... bueno unos cuantos giros suaves en 8 fué lo único que se me ocurrió...  me dice, métele velocidad y sube o baja o gira.  Ok, me enderezo y empujo el acelerador y levanto tímidamente la nariz.   El piloto como que se desespera y me pregunta: ¿qué no has volado un acrobático?  A lo que le dije que no... entonces se emocionó y me dijo, deja te muestro lo que puede hacer éste bebé.  A lo que siento fuerza en los controles y los tuve que soltar algo asustado por la brusquedad del movimiento.  En un parpadeo, ya estábamos de cabeza, hacia arriba, hacia abajo, haciendo tornillos.  Yo estaba ahora si aterrado y agarrado de mis cinturones.  Estaba haciendo un ruido infernal el avión y pensé que se estaba desbaratando... el piloto me dice, asegura tu puerta... volteo y en efecto, había una puertecita del lado derecho que estaba batiendo furiosamente contra el avión en cada giro.  Lo sujeté cuando se puso en posición cerrada y encontré un pasador, de esos de las puertas de los patios... ja.

Ya por fin me sentí mas aliviado cuando se niveló, pero era solo para tomar un respiro.  Y me dice: agarrare bien.  Puso el avión de cabeza... 1 segundo, 1 minuto, 1 eternidad.  Luego endereza el avión y hace una serie de giros super cerrados y luego empieza literalmente a maniobrar como si estuviera en una montaña rusa.  

Luego, con voz de cómplice me dice, ¿que te parece un paseo por el centro?  Me doy cuenta que estamos de nuevo sobre el campo de golf.  Yo pensé que ya estábamos fuera de la ciudad, pero al contrario, estábamos muy cerca del centro y dije OK.  "Al cabo a esta hora ya no pueden ver la matricula", y yo me pregunto, pues que tiene eso de importante... en fin.  Se dirige directo hacia un anuncio gigante en un rascacielos: "Vodafone" y empezamos a esquivar edificios, como un Grand Slalom.  Después de regreso, de nuevo, pero de forma mas suave, estábamos rodeados de luces y espejos, abajo el tráfico.

Para esta hora, estaba totalmente oscuro y me dice que ya es hora de volver.  Enfila directo al aeródromo y bueno ya estaba yo exhausto... en eso, empieza una picada tremenda y hace un pase por la terraza... jajaja, sin aviso.  Ya estaba yo alucinando.  Regresa y hace otro pase de cabeza y asciende.  De nuevo hace una picada pronunciada a la pista y luego eleva la nariz al cielo... y ups, el motor suena intermitente y se detiene.  Yo si entré en pánico.  El avión sigue ascendiendo, pero no por mucho, se siente el vacío en el estómago.  El piloto hace una maniobra muy sutil, endereza el avión como por una mano invisible y de repente, suavemente planeando, aterrizamos en el pasto.  Y yo pensando... de la que nos salvamos.  Me dice por radio, espero que no te moleste acompañarme al hangar a guardar el avión.   Ahhh canijo, desde el principio hasta el final pura emoción.

Total en tierra, que se siente extraño uno al caminar después de volar así, estoy temblando y ayudo a empujar el avión a un hangar y volvemos en su auto a la terraza.  En el trayecto platicamos y me hace varias preguntas a la que le contesto que no sabía de que hablaba... se me queda viendo y me dice... ¿¡que no eres "fulano de tal"!?  y yo: No.  Ok, se echa a reír y dice "¿Entonces no eres piloto?".  No.  ¡Te dí un buen susto entonces!  Y se disculpó.  Bueno, yo estaba aterrado, pero emocionado y le dije que si había piloteado antes, pero no era piloto.  Y total platicamos brevemente, pero me dice que mi vuelo fue especial, normalmente no son así de exhaustivos ni largos ni a esas horas.  En fin... esta gente es muy amigable y me sorprendió que la confusión le causara más gracia que cualquier otra reacción.

Ya de regreso a la mesa, mas de la mitad estaban mas que alegres y dispuestos a regresar.  No paraban de preguntarme y platicar de mi vuelo, en fin... uno me pregunta, ¿y cuanto te costo?  Y yo: ¿que no lo cargaron a la mesa?  Me dice: no, ya habíamos pagado la cuenta.  Ok, pues yo no pagué nada.  Y los Alemanes, celosos, estaban prácticamente maldiciendo mi doble suerte de un vuelo sin precio y sin costo.

Oops... las cosas buenas de la vida definitivamente vienen inesperadamente, y cuando son gratis, mejor.
(Jo'burg, S.A. circa 200x)

César Gámez
Julio 12, 2014

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