Ray Dolby y su doble D

Tal vez haya pocas cosas que me remonten a un pasado que pareciera remoto.  Dicen que el olfato es muy bueno para evocar recuerdos.  En este caso, no fue un olor sino un logo y una marca registrada, la doble D de Dolby.

Dolby es el apellido y Ray es su nombre.  Fundador de Dolby Labs e inventor del sistema de reducción de ruido y luego, de múltiples sistemas de audio para salas de cine, acaba de fallecer la semana pasada.  Al ver esta noticia, inmediatamente me fui al jardín de los recuerdos:

Hacia finales de los 70's mi papá había comprado un equipo de audio modular de ensueño.  Era totalmente digital y me había hipnotizado.

Leía y releía las hojas del manual con sus explicaciones funciones, desempeño y especificaciones.  Poco entendí y relacioné de esa asombrosa maraña de botones, luces y lenguaje técnico.  De todo, lo que más me dejó intrigado era el funcionamiento del Dolby NR (aparentemente era del tipo B) con el que contaba el tocacintas, puesto que era muy notorio su efecto y solamente era cuestión de girar un selector para activarlo...  no había luces ni botones ni retroalimentación visual (electrónica) alguna para este feature.  Era un efecto únicamente auditivo.  Las cintas eran muy silenciosas, sobre todo entre canciones, comparadas con los discos LP.  Ahhh, el olor del spray limpiador de discos...

No me dí cuenta pero sin querer me había vuelto audiófilo.  Puede ser que el equipo me haya impresionado mucho, pero el misterio de Dolby fue un asunto pendiente y muy apreciado durante mi experiencia con los audio cassettes.  Un día nos cambiamos de casa y del equipo modular ya no supe nada.

Pasaron varios años y a mediados de los 80's, mi papá volvió a comprar otro equipo modular digital.  Esta vez, el tocacintas tenía Dolby B y C.  Afortunadamente también ahora tenía los manuales y contaban con una especie de glosario y muchas gráficas que me ayudaron a finalmente entender muchas cosas que no había entendido del aparato anterior (el anterior fue único en su clase, pues contaba hasta con ajuste de velocidad en la cinta y nivel de bias que se autoajustaba a cada cinta en particular, funciones rara vez encontradas en un equipo casero).

No estoy seguro pero tal vez yo era el único de mi generación con esta fijación.  No encontré con quien compartir ese gusto por los detalles con el audio.  Nadie sabía nada de tipos de cintas, ni de características, ni de frecuencias, ni relacion señal/ruido, ni decibeles, mucho menos de Dolby.  Yo estaba obsesionado con conseguir cintas de Metal, Cromo y normales para someterlos a "pruebas" de distorsión, respuesta a la frecuencia, ruido de fondo y subsónicos de los LP's, y niveles de grabación obscenos hasta llegar a la saturación (magnética), con algunos resultados auditivos inesperadamente agradables.  Todavía recuerdo que hubo una cinta de tipo Metal que nunca logré saturar.  Aún así, por baratas y por el Dolby, era mejor comprar cintas normales.  La de cinta de Metal y Dolby no eran buena combinación y dejaban muy alto los niveles de agudos y faltaba un poco de calidez en el sonido. Las cintas de Cromo las usaba para grabar LP's prestados.  Mantenían la fidelidad y los niveles de grabación por años.  Marcaba con orgullo la grabación en la etiqueta de la cinta con la doble "D", tipo C.

Todo eso duró hasta que pude comprar mi primer tocadiscos portátil CD (con 1 bit DAC, ja) a principios de los 90's.  Solamente me podía comprar mis CDs marca Laserdisc de música clásica (a $20 pesitos), ya que eran los mas baratos y aparte del tipo DDD (grabación Digital, mezclado/masterización Digital y reproducción Digital).  Apenas soportaba un CD ADD, mucho menos AAD o de plano con ruido LP y solamente hice algunas excepciones cuando ya dejé de obsesionarme con el audio o era música que se había grabado antes de la era digital.

La maravilla del CD DDD era que podía escuchar hasta la respiración de los músicos, el eco de la sala, el crujido de la madera, algún acomodo en el asiento de los músicos.  Era como estar presente en la sala y enfrente de los músicos.  Me gustaba escuchar la música por la noche con audífonos, era cuando menos ruido había y me quedaba dormido.

Pasaron muchos años antes de que migrara a un sistema de audio con pérdidas (el ATRAC de Sony en el minidisc).  Ahora ya no me importa mucho la calidad del audio ni que formato digital tiene.

En fin, al morir el audiocassette, terminó mi fijación por el Dolby, pero no su memoria: tiene asegurada una estrella en el "Walk of Fame" de Hollywood para el 2014.



César Gámez
Septiembre 17, 2013

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